Por Abel Cadena Buitrago
En Floridablanca, municipio Santandereano del Área Metropolitana, la corrupción golpea sin piedad. Los dos últimos alcaldes han terminado mal; el antepenúltimo prófugo de la justicia y el último con medida de aseguramiento e investigaciones pendientes. Y esto sucede al parecer con la anuencia de los concejales que los respaldan.
Cansados de tanta corrupción un grupo de ciudadanos decidió protestar de una forma particular en el pasado proceso electoral donde se eligieron las autoridades municipales. Fue así como instalaron una letrina, donde los ciudadanos inconformes depositaban la papelería que repartían los políticos. Esta urna se abrió a las 8 am y se cerró a las 4 pm. Cinco minutos después se soltó el agua de una forma simbólica para limpiar la corrupción.
“Los Florideños no somos burros”, decía una pancarta ubicada a lo alto de la letrina donde obviamente estaba el borrico. Al día siguiente algunos ciudadanos consideraron que sí hay burros todavía en Floridablanca, luego de conocerse los resultados.
Los organizadores de tan singular protesta esperan que los recién elegidos no los crean tan burros y los libren de la corrupción.
Otros expresaron que así ha sido cada 4 años, pero el pueblo al parecer sigue “arrodillado” y se dejan llevar de cabresto a las urnas.
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